viernes, 20 de febrero de 2009

ESCULTURA por Jorge Denegre Vaught Ramírez


Los olmecas levantaron gigantescas esculturas pétreas de basalto y andesita y finos trabajos de pequeñas hachas y figuritas labradas en jade y ovidiana. L a escultura monumental pertenece al ámbito de los centros ceremoniales. Las famosas cabezas de La Venta y Tres Zapotes alcanzan 3 metros de altura por 3 de diámetro y hasta 65 toneladas de peso, son representaciones de hombres con nariz achatada y labios gruesos, cubiertos con una especie de casco circular. Los altares son composiciones iconográficas labradas sobre bloques paralelepípedos de piedra, en uno de cuyos lados aparece un nicho del que surge una figura antropomorfa.

 Dentro de la escultura los olmecas lograron crear un movimiento natural sorprendente prueba de ello son el Luchador, el Señor de las Limas y el mono con las manos levantadas y viendo hacia el cielo.

Las estelas son bloques alargados, tallados por un lado, con figuras de personajes de alto rango. Hay tallas de estilo olmeca en lugares tan remotos como Chalchuapa (El Salvador).

 Las elites olmecas se relacionaban social y comercialmente con otros pueblos de toda Mesoamérica algunos de lugares tan lejanos como el México central, Oaxaca y Guatemala.

Estas conexiones se manifiestan en los motivos característicamente olmecas, que se han encontrado en las cerámicas y en los grabados lapidarios de muchas regiones diferentes.

Los olmecas, como otras sociedadades de la época desarrollaron un calendario, un sistema de medición astronómica.

Estos avances fueron utilizados más tarde por civilizaciones mesoamericanas como la de los aztecas, mayas y zapotecas, por mencionar algunos, como punto de partida, para desarrollos más sofisticados.

Los mal llamados altares por su forma similar a los altares, son en realidad tronos olmecas y tienen grabados la genealogía de los gobernantes, su forma tan peculiar puede deberse a que la figura central este entrando al inframundo, o quizás represente que dicha figura este tanto en el mundo de los muertos, como en el de los vivos.

La cerámica se caracteriza por los vasos escultóricos, cilíndricos, platos de fondo plano y ollas globulares de cuello recto, decorados con motivos incisos o raspados y por figurillas, algunas antropomorfomas con cara de niño. Algunas piezas son macizas y están modeladas a mano, a la manera del periodo formativo, y otras, de arcilla blanca, están huecas y representan  los rasgos faciales del llamado niño jaguar.

 

 

 

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