jueves, 9 de mayo de 2013

EL ATRIO DE LOS GENTILES






Un título así suena disparatado, quizás un poco contradictorio; sin embargo no lo es, el atrio para los católicos, inmediatamente nos da una imagen de un espacio exclusivo de las iglesias, mientras que la palabra gentiles nos lleva a imaginar a personas que no creen en Dios, sin embargo estas palabras aparentemente opuestas se unen cuando se recuerda que en tiempos de Jesús, e incluso antes los judios tenian un atrio afuera del templo en donde podian estar los gentiles; una piedra advertía a los gentiles que si entraban al templo morirían. Es pues en este "atrio" donde se reuniron creyentes y no creyentes para entablar un diálogo respetuoso sobre temas de interes común.

El lugar fue el museo Soumaya y en el espacio que esta antes de subir las escaleras donde se encuentra la piedad fue colocada una tarima y sillas alrededor y del lado derecho se colocó al pensador, esa fue mi primera observación antes de sentarme; el primer diálogo era el visual la piedad hablando con el pensador, ignoro si quien decidió colocar a la escultura de rodin enfrente de la piedad tuvo esa imagen en mente, y solo colocó al pensador por ser una imagen del raciocinio, lo que si se es que al menos a mi me produjo una sensación de diálogo entre espiritualidad y humanidad.

El Cardenal Ravasi quien había tenido encuentros así, vino a México para entablar este diálogo entre fe y razón, los ponentes no eran para nada improvisados basta revisar los nombres
Virginia Aspe Armella, Eduardo González di Pierro, Carlos Pereda Failache, Julio Hubbard, Hugo Hiriart y Carlos Ornelas, así como el filósofo Guillermo Hurtado.

Entre los creyentes estaban Eduardo González  d i pierro, Hugo Hiriat

Entre los no creyentes Virginia Aspe Armella Carlos Ornelas y Guillermo Hurtado

fue interesante ver en un espacio público ambas partes dialogar sin ataques mutuos; aunque en dos ocasiones hubo momentos de tensión los ponentes y los moderadores desahogaron a tiempo los malos entendidos y pudieron continuar con los diálogos, algo fuera de lo común es haber visto a tantas personas ver este increible encuentro. El cárdenal quién hablo realmente poco se limitó a ver lo que los participantes decían y al final rescato tanto cosas valiosas del lado de los no creyentes y de los creyentes.

Es aquí donde se rescata lo que ya hemos tocado en este espacio LA TOLERANCIA, un valor fundamental no solo para la Historia (que es lo que aquí nos ocupa), sino para todo lo que el ser humano realiza.

Quiera Dios y quieran los humanos más encuentros históricos como este.